Mayo 28: Mercurio transita por el cúmulo de las Híades intensificando los deseos y las emociones; el Sol, Urano y la Galaxia del Ojo Negro (M64) enfatizan y protegen la individualidad

Mayo 28: Mercurio en conjunción al cúmulo de las Híades y a 135° de Saturno indica la necesidad de darle una forma concreta y estructurada a nuestros deseos y aspiraciones. Pero es necesario hacer el esfuerzo, ya que el tomar una actitud contemplativa puede producir frustración, mientras observamos todas las dificultades y obstáculos que se interponen en nuestro camino. Es mejor tomar una actitud práctica y empezar por algún lado nuestra tarea, que si bien es ardua, puede dar muy buenos resultados. Mercurio hace posteriormente, en el transcurso del día, una conjunción a la estrella Aldebarán y se sitúa a  150° de Plutón, lo cual tiene más o menos el mismo significado que la combinación con las Híades. Aldebarán es una de las estrellas más famosas en la tradición astrológica, debido a su gran brillo de color rojo que puede ser apreciado a simple vista. En realidad es una estrella gigante de color naranja de tipo K que estimula mucho la creatividad, las emociones y también el deseo. Por lo tanto, es importante usar esta combinación de manera creativa, haciendo cambios necesarios y sobre todo, para deshacerse de lo que uno no necesita, dejando lugar a las cosas nuevas. También enfatiza mucho la sexualidad. De otro modo, dejar que el deseo y las emociones fluyan sin control puede desembocar en escenas de posesividad, celos y luchas de poder. Mercurio también hace una cuadratura a Quirón, lo cual indica que los deseos y emociones pueden interferir con la claridad de nuestra mente y dificultar el proceso de curación o aprendizaje. Sin embargo, es una combinación terapéutica, ya que al hacernos conscientes de nuestros impulsos emocionales podremos identificar cuáles son las áreas que necesitamos sanar. El Sol también está en conjunción a las Híades, en paralelo a M64 y a 60° de Urano. Esta combinación representa la posibilidad de resistirse a la tendencia general y conservar la individualidad. Por lo tanto, es un día excelente para separar lo propio de lo ajeno, de participar sin comprometer la propia integridad, de aportar a los demás sin dejar de ser uno mismo. En algunos casos, habrá rebeldía y resistencias a integrarse, llevando la contra con testarudez. Pero lo mejor es aceptar a personas diferentes a nosotros, y sin embargo, poder convivir con ellas para beneficio de ambas partes. Un reto dífícil, pero no imposible, y menos con Urano en contraparalelo a la Nebulosa Cabeza de Caballo. Esta mezcla astrológica modera la necesidad de manifestar la individualidad y le da un carácter más dócil, suavizando la rebeldía y dejándola en la dosis necesaria para no dejarse llevar por una corriente colectiva.