domingo, 21 de febrero de 2016

Febrero 21/22: Neptuno y Ceres en conjunción a la Nebulosa Norteamérica exponen graves daños a la naturaleza, invitándonos a transformar los esquemas de abuso en una conciencia ecológica


     Cada 5 años, aproximadamente, Neptuno y Ceres renuevan su ciclo sinódico, lo cual quiere decir que se sitúan en una conjunción eclíptica, con sus posiciones relativas en el mismo grado del zodiaco tropical. Este es un evento significativo astrológicamente, no sólo porque es poco frecuente, sino porque la conexión arquetípica de ambos es particularmente intensa.


Un mito con raíces de abuso de poder

     La mitología nos remite a la historia de Deméter y Poseidon, los dioses griegos que son los equivalentes de Ceres y Neptuno. Después de experimentar el rapto de su hija Perséfone, Deméter emprende una penosa búsqueda para localizarla. En medio de ésta, Poseidón la corteja y es rechazado por Deméter, quien, para huir del asedio del dios del mar, se transforma en una yegua. Pero poseidón la descubre, se transforma a su vez en un caballo y la viola. A partir de ese momento, la diosa de la naturaleza se manifiesta como "Deméter la Furia", indignada por semejante ultraje.

     Hasta ahí el mito. En realidad, como lo menciona el escritor y mitógrafo Robert Graves en su libro Los Mitos Griegos, Tomo 1, el mito parece estar conmemorando una invasión helena de la zona de Arcadia en Grecia, en los tiempos en los cuales la cultura griega estaba viviendo una lenta y dolorosa transición entre el sistema matriarcal y el patriarcal. Los caudillos helenos, adoradores de Poseidón, se apoderaron de los centros de culto de Deméter en la zona, en donde se le rendía culto como diosa con cabeza de caballo. La furia de Deméter se refiere sin duda al sentimiento de indignación de los habitantes de la zona, que se vieron obligados por la fuerza a modificar sus cultos y sus costumbres. Aunque este evento haya tenido lugar hace miles de años, la cultura griega sigue siendo una raíz importante de nuestra civilización, y este tipo de eventos siguen frescos en el inconsciente colectivo, toda vez que sus consecuencias no han sido modificadas, sino recicladas y acentuadas a lo largo de los siglos.

     En suma, la referencia a la combinación Deméter/Poseidón nos remite al uso de la fuerza, el abuso y el resentimiento. Y aunque no se trata de la única referencia mitológica a semejantes costumbres salvajes, ni la única posible manifestación de la relación de ambos dioses, definitivamente nos confronta con los impulsos destructivos del ser humano y sus consecuencias. De este modo, cuando Ceres y Neptuno (los cuerpos celestes) entran en conjunción para comenzar un nuevo ciclo, están enfatizando una nueva oportunidad, ya sea de repetir los mismos esquemas de poder y abuso que se han venido repitiendo durante siglos, o de tomar una nueva dirección.


El daño a la naturaleza y la conciencia ecológica

     Los temas que surgen al respecto tienen que ver absolutamente con la crisis de nuestra civilización y su enferma relación con la naturaleza sobre la cual está edificada. Ceres representa la biósfera, mientras que Neptuno está asociado a todo lo que es artificial. Por lo tanto, la conjunción de ambos astros nos muestra el estado crítico en el que se encuentra la contaminación del planeta y la destrucción de sus ecosistemas, incluyendo la reacción de indignación de quienes tienen una conciencia ecológica.

    El patrón de comportamiento es el mismo desde hace cuatro mil años. La diferencia es que el planeta está lleno de basura, y el ser humano ha desencadenado una extinción masiva.

     La conjunción entre Neptuno y Ceres sucede en el mismo grado del zodiaco en el que está situada la Nebulosa Norteamérica, una nebulosa de emisión en la norteña constelación de Cygnus, el Cisne. Esta nebulosa se llama así porque su forma sugiere el contorno de América del Norte, con su "Golfo de México" y su "península de Florida". La característica principal de esta nebulosa es que es muy brillante, contrastando fuertemente con otras regiones de gas ionizado y nubes de polvo a su alrededor. Por lo tanto, representa notoriedad. Cualquier factor asociado a esta nebulosa obtiene una promoción automática y gratuita, es como si la situáramos en el centro de un escenario, con los reflectores apuntando. En términos astrológicos, la luz significa conciencia.

     De modo que esta conjunción implica un aumento de la conciencia ecológica: será imposible hacer caso omiso de la destrucción a nuestro alrededor. Y aunque siempre ha habido eventos de este tipo desde hace mucho tiempo, los abusos a la naturaleza que sucedan alrededor de este nuevo ciclo Ceres/Neptuno, unas semanas antes o después adquirirán un matiz particularmente intenso. Por ejemplo, el caso del delfín bebé que fue sacado del mar en Argentina y muerto por una multitud que deseaba sacarse una selfie con él, es muy significativo al respecto. ¡Y hay muchos otros, de los cuales nos estaremos enterando en las próximas semanas!


La Furia de Deméter 

     Lo importante aquí es cuál es nuestra reacción ante tantos hechos tan funestos, y cómo modificamos nuestra conducta al respecto. Como la conjunción sucede en el signo zodiacal de Piscis, territorio de Neptuno, podemos ver que es el indicador de una crisis acentuada, en donde se enfatiza el deterioro causado por la contaminación, el abuso, la intolerancia y la inconciencia. Veremos sin duda desfilar ante nuestros ojos noticias extremas acerca de desastres humanitarios: refugiados, naturaleza destruida, injusticia social, economías deterioradas, contaminación extrema, muerte de animales inocentes y una ignorancia fortalecida.

    Quizás el ser humano tenga que llegar a estos extremos para reaccionar. La "furia de Deméter" se expresará sin duda a través de la indignación pública acerca de hechos funestos, pero estamos llegando a un punto en el cual esta reacción debe trascender una simple manifestación. Es necesario tomar medidas, tanto en el plano colectivo como individual, para frenar la destrucción. Quedarse pasivamente contemplando cómo el mundo se destruye es equivalente a participar activamente en este proceso. La furia de la Diosa puede -y debe- transformarse en acción, en cuestionamiento, en un viraje, no sólo social, sino dentro de cada individuo.

Nebulosa Norteamérica: símbolo del capitalismo destructor

    ¿Qué se puede hacer? Cambiar de alimentación, informarse adecuadamente de cómo consumir sin contaminar, tomar conciencia de cómo nuestros hábitos de consumo influyen en esta maquinaria destructiva, apoyar a los movimientos que frenan la voracidad de las compañías que fomentan el usufructo indiscriminado... Quizás estas corporaciones destructivas sean también simbolizadas por la Nebulosa Norteamérica, tomando en cuenta que la mayor parte de la concentración del capital que produce este daño se encuentra precisamente en esta región de la Tierra.

      La Nebulosa Norteamérica puede simbolizar también, en su manifestación más negativa, la voracidad de la maquinaria capitalista que destruye todo con tal de obtener un usufructo. Ultimadamente, el factor más destructivo en el esquema Neptuniano es la ignorancia, es el velo que tenemos delante de nuestros ojos y que enajena nuestra mente a través de distracciones que no nos permiten ver la realidad. Pero una vez que despertamos, no hay camino atrás.

   O estamos a favor de la naturaleza, o estamos en contra: no habrá puntos medios. Y donde sea que estemos viviendo, y cualquiera que sea nuestra decisión, nuestra actitud será obvia ante el mundo. Cada individuo en este pequeño planeta tiene una responsabilidad acerca de ello. Tal es el esquema que predominará en los cinco años que vienen, hasta la nueva conjunción Neptuno/Ceres en el año 2021. ¿Llegaremos a ella más deteriorados, más contaminados o lograremos en este lustro hacer el viraje necesario para salvarnos de ahogarnos en un mar de basura y destrucción?

    La respuesta está en nuestras manos.

Carlos Duarte
Astrólogo Investigador

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