Los eclipses de Sol y de Luna siempre generan una gran expectación entre la humanidad, y esto no ha cambiado ni con el tiempo, ni con la tecnología. Quizás sea una reacción instintiva, ya que un fenómeno que rompe la regularidad y la estabilidad, aunque sea momentáneamente, es visto como una potencial amenaza. Los humanos necesitamos estabilidad, y cuando el orden cósmico se altera, nos saca de nuestra concentración habitual en nosotros mismos, y nos hace levantar, con un respeto imposible de ignorar, las miradas al cielo.
El eclipse de Sol de Marzo 2016, en efecto, nos hace levantar las miradas al cielo, pero quizás los ojos estén llenos de lágrimas por la manera en la cual estamos manejando el mundo, y cómo lo tratamos, incluyendo a nosotros mismos. Por un lado, el eclipse hace paralelo al cúmulo estelar M10, que se encuentra en la constelación de Ofiuco. Este cúmulo se caracteriza por tener una población mezclada, heterogénea de estrellas, y por ello sugiere una asociación simbólica con los conceptos de equilibrio, aceptación e integración. Cuando M10 está presente en eventos astrológicos importantes, suele favorecer las mezclas entre personas y puede decirse que es uno de los objetos celestes con un efecto más benévolo, pues indica estabilidad.
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| Foto. Carlos Duarte |
Por otro lado, el eclipse hace un contra paralelo a M61, una galaxia en la constelación de Virgo. M61 es una de las galaxias más activas y energéticas en dicha constelación. Entre otras características de alta tensión, en M61 se han detectado al menos seis supernovas, lo cual contrariamente al efecto de M10, es sumamente desestabilizador. M61 es una galaxia que suele estar presente en eventos conflictivos, de mucha crisis y a la vez renovación.
Tal parecería que el eclipse nos indica la necesidad de equilibrar con aceptación y unión la destrucción que enfrenta nuestra civilización, y que se manifiesta a través de la crisis de refugiados en Europa. Aunque no es el único problema al que el eclipse apunta, sí es un símbolo de que la crisis regresa a su origen: las islas griegas, cuna de nuestra civilización occidental, están llenas de personas desplazadas por guerras generadas por ella misma. ¡No es casualidad que geográficamente el punto focal de la crisis humanitaria esté situado en Grecia, la raíz de nuestra sociedad actual!. Como sea, el modelo de los gobiernos al servicio del capital y no de la gente, está pagando con un instant karma el precio de hacer explotar, como una supernova pero multiplicada por seis, la economía griega hace apenas unos meses. M61, con sus seis supernovas, generalmente coincide con situaciones fuera de control, y que sacuden fuertemente a la sociedad, y la renuevan.
El problema de los refugiados en el mundo es muy complejo, pero el hecho de que el eclipse señale a objetos celestes tan opuestos como M10 y M61, indica la posibilidad de lograr un equilibrio, aunque sea parcial. Ante el rechazo y la discriminación, hay que fortalecer la aceptación y la tolerancia, ante la agresividad y la destructividad, es necesario fortalecer la templanza y una actitud constructiva. En los medios circulan las vergonzosas y preocupantes imágenes y videos en las que se recibe a golpes a refugiados en Europa, mientras en Estados Unidos el foco de atención es el discurso racista y destructivo de Donald Trump. Esto, sólo por mencionar un par de ejemplos, pero es posible que todos podamos identificar a nuestro alrededor, en cierta medida, la necesidad de compensar con amabilidad el rudo trato que le estamos dando al planeta, y a nosotros mismos.
En los seis meses siguientes, que es el período aproximado de vigencia del eclipse solar, la respuesta a esta crisis tiene que ser tanto individual como colectiva. Cada persona, si lo desea, puede contribuir de alguna manera a reestablecer la armonía por medio de la aceptación, aun en pequeños actos a su alrededor. Por otro lado, es importante participar de alguna manera, ejerciendo la responsabilidad social que tenemos, para apoyar los movimientos sociales que promueven la integración y están a la altura de una sociedad globalizada.
Las sacudidas de M61 remueven, desde la raíz, los paradigmas de épocas anteriores, basados en la explotación y el abuso, pero el camino para equilibrarlas están en M10: aceptación, integración, tolerancia. Y sólo nosotros, como individuos, podemos practicarlas, tanto en nuestra vida personal como en nuestra participación social, para contrarrestar los efectos destructivos del odio y la discriminación.
Y el eclipse solar nos indica que tenemos seis meses para lograrlo.
Carlos Duarte
Astrólogo Investigador
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